Love is in the code
Un programador, ¿nace o se hace?
Reconozcamos que cuando la mayoría pensamos en developers, nos imaginamos un Keanu Reeves que ha decidido tomar la pastilla roja y convertirse en Neo, olvidando su vida y entregando su alma al código. ¡Somos unos frikis eh!
Aunque normalmente la realidad supera la ficción, en este caso vamos a desmentir algunos mitos sobre el amor entre el código y un programador.
En Ipglobal tenemos un gran equipo de miembros de esta especie tan especial y hemos querido averiguar cómo piensan, qué sienten, cómo es esa pasión, ese one to one con el código en las distancias cortas. Así que les hemos lanzado nuestras particulares «flechas» para saber qué les da ese amor codificado.
Crush con la programación, ¿flechazo, amor a primera vista o simple curiosidad?
«El código tiene razones que la razón no entiende.» – Carlos Sanchidrián, Premium Leads.
El fenómeno del enamoramiento sigue siendo un misterio todavía para la sociedad y para la comunidad científica. Puede que existan realmente los flechazos románticos o que solo sea un ilusión, pero sea como fuere lo vivimos y lo sentimos en nuestras vidas, algunos dicen que varias veces al día. ¿Really?
Después de entrevistar a toda la gran familia de programadores e informáticos que forman parte del equipo Ipglobal podemos sacar como conclusión que este amor tiene diferentes maneras de comenzar:
- Un placer que se hereda: aquellos que tienen padres informáticos, es más probable que tengan una vocación innata y la disfruten desde el primer día que tocan un ordenador.
- Un arte vitalicio: las clases extraescolares han hecho un grato favor a muchos de nuestros desarrolladores, cuanto más pequeños despiertan el interés por la informática, más probabilidades de que se entreguen al <codigo> y lo conviertan en su profesión.
- Un flechazo inesperado, que no te esperas y que llega en cualquier momento.
También tenemos a aquellos que tras una experiencia inicial «traumática» o con propuestas tan poco sexis como «mecánica computacional», deciden darle una segunda oportunidad al código y les engancha.
Con las nuevas tecnologías todo fue completamente distinto, programar se convirtió en algo fácil de aprender e intuitivo. Además, podía ver los resultados rápidos y la interfaz estaba muy chula, ¡esto si que provocó amor a primera vista! Era como una droga, trabajar para ver el resultado y, una vez lo tenía, mejorarlo continuamente. – Alejandro Rey, Premium Leads.
Todos sabemos lo que es la serendipia, ¿si o no? Es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando una cosa distinta. Y de este modo llegó la programación a la vida de muchos desarrolladores que, por diferentes motivos, se encuentran con un editor de texto en blanco (o en negro), pican unas líneas de código, lo ejecutan y, en cuanto ven el resultado, se enamoran profundamente. Llega la euforia, las mariposas en el estómago, el corazón se acelera, la presión arterial sube y voilà, l’amour!
¿Es amor o es una obsesión?
No sé si es amor, aunque sí tendría una o varias noches locas con ella. Lo que sí me engancha de verdad es la resolución de problemas de programación, las diversas formas y técnicas de afrontarlos. – Antonio Cambados, Premium Leads.
Programar es el arte de resolver problemas, creando soluciones informáticas. Precisamente eso es lo que gusta tanto a los que programan, te plantean un problema y tienes que buscar la forma que mejor se adapte para resolverlo.
También me lo paso muy bien, cuando estamos a la caza de algún bug fantasma o poltergeist de los que nos surgen de vez en cuando en los desarrollos. – Sheila Cabanas, Ipglobal.
El poder de creación que te aporta programar hace que se desate la pasión. Y en esta relación no hablamos solo de atracción sino que un programador se enamora de esa sensación única que te da crear algo desde cero y ver como va creciendo.
Y diréis, pues para eso podría ser albañil, correcto, pero además me gusta la idea de trabajar sentado en una silla. – Pedro Fraile, Premium Leads.
La relación con la programación es divertida añadiéndole los retos, el aprendizaje de nuevas tecnologías y la capacidad de resolver problemas. Además, como en el amor cuando programas las horas pasan rápidamente y no ves el momento de volver a programar.
Es una práctica que te sorprende constantemente. – Marc Espinosa, Ipglobal.
Me encanta que el tiempo de trabajo vuela, se hacen las jornadas laborales muy amenas. – Elias Iglesias, Premium Leads.
¿Cómo ser la media naranja del código?
Como a Francisco Domínguez, nuestro compi de Black Device, nos flipa la idea poética y surrealista de cómo se muestra un programador en el cine y tv: alguien desgarbado, despistado, quizá tímido y que, y esto es muy importante, teclee furiosamente. Nada más lejos de la realidad.
En la práctica, un buen programador debe ser alguien que empatice con el cliente para que el código que genere realice lo deseado. Pero sobre todo, que ese código tenga un orden, mucha claridad, y que esté bien documentado. Y, si todo eso lo hace en los plazos definidos, ¡vamos!
«A Full» con el Full Stack
Las competencias o skills de un buen programador deben ser lo más Full Stack posibles, es decir, no tienen que ser súper amplias o especializadas, ya que es complicado tener un conocimiento profundo de todo, pero sí que ayudan para tener una visión más completa y entender mejor lo que se va programar, sobre todo en proyectos grandes.
Cualquier persona puede ser programadora, solo se necesita no tener miedo a enfrentarse a nuevos retos y cuestiones. Además, actualmente están disponible una gran variedad de recursos y formaciones, muchas de ellas gratuitas, que pueden ayudarte a empezar o seguir creciendo como programadora. – Teresa Juan, Webphone.
«No es país para Rockstars»
En la programación formamos todos un gran equipo y la distintas áreas de una empresa conforman una sola unidad que está enfocada en lograr un objetivo común. Se debe establecer una sinergia entre los involucrados que hace que trabajar en equipo sea fundamental.
No te servirá de mucho creerte superior, ni el mejor programador. Aprende de los que más saben y sé el referente de los que vienen detrás de ti. Porque el trabajo en equipo trae muchos y mejores frutos. Roberto Garcia, Ipglobal.
El eterno estudiante
Entregar tu vida a la programación tiene una letra pequeña y es que seguirás formándote por y para siempre. ¿Aceptas?
Be Open minded, my friend! Un buen programador aprende todos los días cosas nuevas, se actualiza constantemente en lenguajes, frameworks, librerías, herramientas, etc. Para ello tener flexibilidad y ser capaz de adaptarse a los cambios es muy importante pues estamos ante un sector donde puede que lo que hagas hoy no sirva mañana y tengas que renovarte o empezar de nuevo.
Practice, practice, practice
Esto siempre se lo parafraseo a Jonathan Wendel que fue a la primera persona que se lo escuché decir y razonar. «Por mucho que sepas o creas saber, si no practicas esos conocimientos, ni avanzas ni los afianzas; es como la memoria muscular.» – Bosco López, Ipglobal.
Al mal tiempo buena cara
Creo que lo más importante es ser resolutivo y manejar bien la frustración cuando las cosas no salen. – Marina Villamaña, Webphone.
¿Ni contigo ni sin ti?
En sistemas, «I hate you but I love you»
¡Fue un amor odio! Cuando empecé a meterme de lleno en los sistemas y me di cuenta que la mayoría de tareas se repiten constantemente, empecé a investigar y aprender a programar.
Programar nunca ha sido santo de mi devoción, hasta que vi realmente los resultados y el tiempo que me estaba ahorrando. – Marcos Mirás, Ipglobal.
Si pensabas que todos los informáticos aman el código, ¡Error! En el mundo de la administración de sistemas podemos encontrar dos vías: aquellos que programan por puro placer y aquellos que han probado el código pero se quedan con los «cacharros». Por ejemplo, nuestra nueva incorporación al equipo de sistemas, Eduardo Vázquez, comenzó programando Cobol y se bajó del tren de la programación porque a él, le va la marcha.
Sinceramente, nunca me gustó la programación, aunque es cierto que me engancha. Para mi programar es como leer un muy buen libro del cual no te gusta ni el título ni la sinopsis, o también como hacer un sudoku. No me apetece nada empezar, pero una vez que empiezo me divierte y engancha. – Iago González, Premium Leads.
Sin embargo, entre los administradores de sistemas podemos encontrar verdaderos enamorados del código. El amor al código no entiende de colores, edades, géneros o departamentos.
He llegado a perder la noción del tiempo de cuántas horas seguidas me he pasado programando, ya que me cuesta muchísimo desengancharme cuando comienzo a programar. Siento esa necesidad de verlo terminado y a medida que vas terminando una funcionalidad y la visualizas quieres pasar a la siguiente para terminar. – Bosco López, Ipglobal.
En definitiva, en la programación, el amor está en el código
Hemos podido comprobar que hay muchos tipos de amor entre el código y un programador. Desde los que nacen con el Visual Studio bajo el brazo hasta los que la programación llamó a su puerta por casualidad. Pero una cosa es segura:
La pasión es fundamental, debes disfrutar haciendo lo que haces. – Santi López, Ipglobal.